Globalmente, la sociedad en que vivimos tiene un problema con el gasto. Probablemente muchos no seamos totalmente conscientes de lo difícil que es ganar dinero y lo fácil que es gastarlo. Todo a nuestro alrededor nos invita a ello.

Por ello, cuanto antes aprendamos a cómo usar correctamente y gastar de manera inteligente el dinero del que disponemos, mejor será para nuestra familia. Y después de aprenderlo, debemos generar unos hábitos financieros que nos permitan actuar sistemáticamente de la misma manera en esta materia.

Una de las ideas más importantes de una familia que se está preparando para sobrevivir debería ser hacerse lo más independiente posible (financieramente hablando) para no tener que depender de otras personas o entidades a la hora de cubrir sus necesidades.

Entonces, ¿cuáles son esos hábitos financieros que tenemos que fomentar?

1) Cuestiónate cada compra

Si bien puede parecer extremo a primera vista, es importante que analices cada compra que hagas. Cada euro cuenta y, salvo que ganes un salario de 6 dígitos desde el inicio de tu carrera, las pequeñas compras se van acumulando considerablemente y, con el tiempo, marcan una gran diferencia.

Es posible que te apetezcan unos pantalones nuevos cada semana o el último modelo de teléfono móvil, pero multiplica eso por la cantidad de caprichos innecesarios que te das al año y te llevarás una sorpresa de lo que gastas a final de año. ¿Quieres un ordenador último modelo? Probablemente puedas prescindir de él. Compra el modelo anterior en su lugar. Ahorrarás muchísimo dinero a largo plazo.

Antes de cada compra, pregúntate: ¿necesito esto realmente en este momento? Si la respuesta es no, olvídalo.

2) Ponlo en cuarentena durante 3 días

Para aquellos artículos que querrías comprar pero que no sabes todavía si los necesitas realmente, anótalos en un cuaderno. Con ello, al final obtendrás un completo listado con los artículos que estás considerando para comprar.

Date 3 días por artículo para reflexionar. Si, después de esos 3 días, el artículo se enfría y ya no consideras que es la compra correcta para ese momento, táchalo y olvídalo, al menos temporalmente. Si por el contrario, crees que el artículo sigue siendo necesario, investiga las opciones que hay en el mercado y finalmente decide si estás dispuesto a gastar el dinero que cuesta adquirirlo.

Hábitos financieros anotando gastos

3) Controla el saldo de tus cuentas con frecuencia

Recomendamos verificar el saldo de tus cuentas corrientes de forma diaria. Es más, en todo momento deberíamos tener una idea de su importe y de los ingresos y gastos que estamos teniendo. Para ello, son muy útiles las aplicaciones que concentran en un único sitio todos los datos financieros de la familia. Un ejemplo perfecto para ello podría ser la app fintonic, disponible para ordenador de sobremesa y teléfono móvil..

Realizar esta rutina tiene las siguientes ventajas:

  • Por supuesto, chequear nuestro historial de compras, gastos y saldo disponible en cada momento. Esto puede servir como herramienta para motivarnos pero sobre todo, para controlar nuestros gastos.
  • En segundo lugar, asegurarnos de que no se registre ninguna actividad fraudulenta. No es que sea muy frecuente, pero hay gente que ha sufrido el robo de su tarjeta de crédito con objeto de realizar compras sin consentimiento.
  • Además, sabremos el dinero que nos queda para las facturas pendientes. De esta manera evitaremos sorpresas y, sobre todo, evitaremos tener que solicitar préstamos caros e innecesarios.

4) Evita endeudarte

Hay ocasiones para las que los préstamos son una buena idea. De hecho, puede que sean la única alternativa. Hablamos por ejemplo de la adquisición de un bien imprescidible para vivir y cuyo importe no vas a poder reunir en un plazo razonable. O quizá cuando lo reunas ya se ha pasado la necesidad. El ejemplo por antonomasia es la vivienda. En realidad la vivienda puede considerarse como inversión más que como gasto.

Para todos los demás gastos, jamás solicites un crédito. Puedes perfectamente vivir sin coche unos años o retrasar esas vacaciones que te apetecen. Pedir un préstamo para este tipo de cosas (para gastos corrientes, en general) es una ruina. Es la peor decisión financiera que puedes tomar. Te costará al final muchísimo más dinero porque los tipos de interés que se aplican para el consumo son muy elevados. Al final, muchísima que gente vive endeudada, al menor inconveniente que tienen, no pueden pagar la deuda. Y ese es el comienzo de lo que puede ser una gran tragedia.

El dinero que ahorres ahora te servirá para pagar los estudios de tus hijos, comprar una casa o para muchos otros proyectos que tengas en la vida. Pero sobre todo, te servirá como fondo de emergencia para las crisis imprevistas que puedan surgir. Ten siempre un colchón para estos casos.

Se inteligente, haz un presupuesto y administra correctamente tus propias finanzas.