Dentro de los escenarios de crisis que pueden suceder, tenemos el escenario de hiperinflación, es decir, aquellas situaciones en las que los precios suben de manera desproporcionada y de manera sotenida en el tiempo. Por tener una referencia (que puede ser muy discutible), digamos que un escenario de hiperinflación es aquel en el que los precios suben por encima del 10% durante varios meses consecutivos.
La hiperinflación puede afectar a un único país, pero lo normal es que afecte a varios paises al mismo tiempo. Incluso puede afectar a una zona económica más amplia, dada la dependencia económica y los intercambios comerciales que existen entre los distintos países del planeta.
Este aumento vertiginoso de los precios tiene como efecto inmediato la pérdida de poder adquisitivo de las familias. Es decir, con el mismo dinero que teníamos antes, podemos comprar menos cosas. O dicho de otra manera, el dinero no nos llega para comprar lo que comprábamos antes. Como conclusión, el dinero vale menos que antes. Lo normal también es que los salarios no crezcan al ritmo de la inflación, por lo que esta situación provoca el rápido empobrecimiento de las familias que, en general, no podrán mantener su ritmo de vida anterior y tendrán que hacer recortes.
Un segundo efecto de la inflación (y por tanto de la hiperinflación) es que los reguladores de la economía tienden a subir los tipos de interés.
¿Por qué?
Se suben los tipos de interés para retener la economía. Se supone que si los tipos de interés son más altos, las empresas (y todo el mundo en general) pedirán menos préstamos para iniciar o ampliar los negocios y, por tanto, se ralentiza la economía. Como la economía crece menos también lo hacen los precios. Así pues, la subida de tipos de interés es una muy buena herramienta que tienen las autoridades económicas para evitar que los precios suban, en escenarios económicos de crecimiento.
Obviamente si estás endeudado a tipo de interés variable es una muy mala noticia para tí porque, además de los precios, te subirán también la cuota del préstamo. Y si tenías previsto endeudarte para adquirir una vivienda o cualquier otro bien, quizá no sea el mejor momento.
Por destacar algo positivo, la buena noticia es que la hiperinflación no es un suceso repentino sino que, de alguna manera, avisa con cierta antelación y sucede poco a poco. Podemos aprovechar esta característica para prepararnos y minimizar su impacto en nuestras finanzas.
En el siguiente enlace puedes ver una definición más extensa de lo que es la hiperinflación.