Un incendio es un evento de los más devastadores que hay. En muy poco tiempo, puedes quedarte sin tus bienes, sin tu casa e incluso perder la vida si no reaccionas de manera adecuada rápidamente.

1) ¿Qué es un incendio?

Un incendio es un fuego de grandes proporciones, no controlado, que destruye a su paso aquello que no estaba destinado a quemarse. Tanto si son provocados como si surgen de forma espontánea, los incendios pueden afectar tanto a objetos, como a seres vivos y a todo el entorno en el que se propagan.

Desde el punto de vista científico, un fuego es la combustión de un material y para que tenga lugar son necesarios tres componentes:

  • el material combustible (lo que se quema: madera, gasolina, etc.) que, después de la reacción, se convierte en otros productos, normalmente hollín, monóxido de carbono, etc.
  • el comburente, generalmente oxígeno, presente en el aire (sin comburente es imposible que haya fuego)
  • una fuente de calor, que normalmente es la que provoca el fuego, por ejemplo una chispa, un rayo, una mecha, etc.

Basta con que uno de estos 3 elementos no esté presente para que el fuego no se inicie o, si está iniciado, se apague, tal y como explicamos en el capítulo 5.2 sobre cómo extinguir un fuego.

1.1) ¿Por qué son peligrosos los incendios?

Aunque la respuesta parece obvia, vamos a profundizar un poco más y veremos cuáles son todos los efectos peligrosos del fuego.

Como todos sabemos, la primera consecuencia del fuego es que se queman los objetos que resultan afectados, llegando a reducirse incluso a carbonilla y consumirse completamente. Es así como, incendios importantes, pueden eliminar por completo nuestros enseres personales (ropa, colchones, alfombras, muebles, sofá, etc.) e incluso la propia vivienda donde habitamos. Y dejarnos literalmente sin nada.

Pero los incendios pueden provocar también explosiones, debido a la expansión brusca de los gases presentes. En estos casos, podemos resultar gravemente heridos por la explosión y, además, resultar dañada la estructura del edificio. Muchas veces un incendio ha requerido la demolición del edificio para evitar males mayores.

Por último, pero no menos peligroso, algunos fuegos emiten gases tóxicos. Algunos de ellos incluso inodoros, como el monóxido de carbono, lo que los hace más peligrosos aun. Estos gases desplazan al oxígeno que necesitamos para respirar y su inhalación primero nos deja inconscientes y, luego, provoca la muerte (muerte dulce). Todo ello en pocos minutos. Un detector de gases en casa puede ser muy útil en estos casos.

2) Tipos de incendios

A nivel europeo está establecido que, según el tipo de combustible (es decir, según el material que se queme) podemos clasificar los fuegos en 5 tipos:

  • Clase A: cuando el combustible es un sólido (normalmente orgánico) como madera, cartón, papel, ropa, neumáticos, plásticos, etc. Este tipo de combustible forma normalmente brasas una vez quemados
  • Clase B: en este caso lo que se quema son líquidos inflamables como la gasolina, gasoil, alcoholes (metanol, etanol, etc.), ácidos, pintura, etc. y también sólidos licuables tipo parafinas y ceras.
  • Clase C: el combustible es un gas como el propano, metano, butano, etc.
  • Clase D: en los fuegos de Clase D lo que arden son metales inflamables como el aluminio, magnesio, potasio, etc.
  • Clase F: donde se queman aceites de cocina

Esta clasificación es muy importante ya que dependiendo del tipo de fuego al que nos enfrentemos, deberemos utilizar un método u otro diferente para extinguirlo. Lo veremos también en el apartado 5.2 más adelante.

Ejemplos de incendios clase A pueden ser incendios en edificios, incendios forestales, los producidos por accidentes de tráfico, en almacenes, etc.

Los incendios clase B se pueden dar en plantas químicas, refinerías, plantas de pinturas, centrales eléctricas, etc.

Una característica muy importante del combustible en los fuegos clase C es que, aunque son gases a temperatura ambiente, son muy fáciles de licuar simplemente sometiéndoles a determinado nivel de presión. Es el ejemplo de las bombonas de butano, que pueden contener (de forma líquida) más de 200 veces su volumen una vez sale en forma de gas.

No hemos hecho mención a los fuegos eléctricos ya que en europa no existe una clase específica para ellos. Tengamos en cuenta que la clasificación está hecha en base al material combustible y los fuegos eléctricos hacen referencia a la causa que los origina y no al combustible que se quema. Sin embargo, también es muy importante saber si un fuego es eléctrico o no, ya que, dependiendo de ello, se podrá utilizar (o no) un extintor determinado.

2.1) ¿Qué son los incendios forestales?

Aunque no tiene relación con la clasificación por clases que acabamos de ver, tratamos aquí el caso particular del incendio forestal porque es un tipo particular de fuego que se da muy a menudo. A diferencia de los incendios que tienen lugar en entornos urbanos (viviendas, oficinas, fábricas, naves industriales, almacenes, etc.) en este caso el fuego se produce en entornos naturales, normalmente zonas boscosas o de matorral. Suelen provocar la quema de grandes extensiones de vegetación y por tanto son un auténtico desastre para el medioambiente y el ecosistema que vive en la zona.

Incendio en el monte

El algunos casos se producen de manera natural (un rayo, por ejemplo) pero la mayoría de las veces (más del 90%) son a causa de la acción del hombre, bien accidentalmente o bien provocados. Sucede accidentalmente cuando, por ejemplo, nos dejamos una colilla encendida o cuando el vidrio de una botella olvidada en el suelo hace de lupa para los rayos solares. Si es provocado, uno o varios pirómanos lo han hecho a propósito, muchas veces generando varios focos simultáneamente para dificultar la extinción. Obviamente estas acciones son delitos castigados por nuestro código penal (artículos 351 a 358).

3) ¿Qué hace un incendio más o menos virulento?

Entre las características de un incendio hay algunos aspectos que determinan lo peligroso que puede llegar a ser o, incluso, evitar que se desencadene. Por ejemplo, algunas características hacen que el combustible arda antes o tarde más, etc.

3.1) En incendios de sólidos (clase A)

Entre los combustibles sólidos dichas características son:

  • El tamaño. Cuanto más pequeño sea el material, en general mayor será la superficie contacto con el comburente (con el oxígeno) y por tanto más facilidad para arder. En el extremo, incendios en presencia de partículas de polvo (serrín, carbón, etc.) pueden llegar a ser tan agresivos que muchas veces producen explosiones.
  • La humedad. A mayor humedad menos probabilidad de arder ya que significa que hay presencia de agua y, parte de la energía, se dedica a evaporarla. Y viceversa. Por ejemplo, la hojarasca prende muy rápido al estar completamente seca y libre de humedad.
  • La composición del combustible. No todos los combustibles tienen la misma facilidad para arder. De hecho, algunos materiales son muy inflamables y, por contra, otros llegan a ser ignífugos. Muchas veces aprovechamos esta característica como protección frente a los incendios.

3.2) En incendios de combustibles líquidos (clase B)

Para los fuegos de clase B (los de combustible líquido) dichas características son:

  • El punto de inflamación del combustible. El punto de inflamación se define como la temperatura a la cual los gases que se desprenden forman una mezcla con el aire que ya es inflamable. A menor punto de inflamación, más peligro hay de incendio.
  • La presión de vapor del combustible, que se puede definir como la tendencia de un líquido a vaporizarse. Dependiendo de este parámetro, unos combustibles emiten más vapores y otros menos. A mayor presión de vapor se emiten más gases y, por tanto hay más probabilidad de que se inicie un incendio. Está muy relacionada con la temperatura de ebullición ya que ésta se define como la temperatura a la cual el líquido se evapora, es decir, la temperatura a la cual la presión de vapor del líquido iguala a la presión atmosférica. Dependiendo de la presión de vapor que tengan, unos líquidos se evaporan antes que otros pero todos ellos tienen una temperatura a la que se evaporan.

3.3) En incendios provocados por gases (clase C)

Para el tipo de incendio clase C el principal riesgo es su concentración en el aire, es decir, que lleguen a acumularse en cantidades suficientes como para que una pequeña chispa provoque un incendio y una explosión. La distinción entre incendio y explosión es muy importante. Vamos a verlo.

Imaginemos como ejemplo, un escape de gas de una bombona de gas butano. Esto es lo que ocurre secuencialmente:

  1. De inmediato, el gas (que en la botella está a presión en forma líquida) se evapora y se expande rápidamente, ocupando un gran volumen que se mezcla con el aire. Como hemos visto antes, cuando se alcanza una concentración determinada, la mezcla es inflamable y empieza a arder.
  2. El gas tiende a ocupar todo el espacio disponible, así que la mezcla ardiendo calienta a alta temperatura todo el contenido del habitáculo donde se encuentra. Todos los elementos calentados (incluido el aire y la mezca ardiendo) se dilatan a medida que aumenta la temperatura. En particular, el gas puede hasta duplicar su volumen, incluso más, dependiendo de la temperatura alcanzada.
  3. Cuando se produce dicha dilatación, si el gas está contenido en un lugar que no tiene escape posible, producirá una explosión que escapará por el lugar más débil, normalmente rompiendo puertas y ventanas (y a veces incluso la propia estructura de la dependencia o del edificio).

En el caso de que el gas tenga espacio suficiente para expandirse (al aire libre, por ejemplo) continuará el incendio inicial hasta agotarse el combustible, pero no se producirá una explosión (salvo casos excepcionales de muchísima concentración de gas). Se suele decir que son explosiones abortadas.

3.4) En incendios de metales (clase D)

Algunos metales cuando arden, si se mezclan con agua reaccionan de manera muy virulenta generando gases que pueden provocar explosiones.

Es el caso del magnesio, que produce masas de hidrógeno al reaccionar con el agua y que puede provocar percances graves. Este material es muy común en los vehículos, así que si presencias un accidente de coche es importante no apagarlo con agua sino con arena o extintores especiales para metales.

3.5) En incendios de aceites (clase F)

Normalmente este tipo de incendios sucede en los hogares o en cocinas profesionales (restaurantes, hoteles, etc.). Si nos despistamos y, por lo que sea, dejamos quemar el aceite en la sartén, éste arde espontáneamente a partir de unos 300º.

3.6) En incendios forestales

Las altas temperaturas y un entorno seco son los elementos que favorecen los incendios forestales. Únicamente una chispa puede desencadenar la tragedia. Si además tenemos viento, la propagación será muy rápida. El viento es un gran enemigo de los incendios forestales, dificultando enormemente su extinción ya que son un aporte adicional de oxígeno y facilitan su propagación.

También afecta la presencia de plantas traídas de fuera, ya que suelen ser más inflamables que las autóctonas.

4) Causas de los incendios

4.1) Causas de los incendios urbanos

En apartados anteriores ya hemos dejado entrever las principales causas de los incendios en entornos domésticos o urbanos. Recopilamos aquí un listado más o menos exhaustivo:

  • accidentes domésticos
  • cortocircuitos eléctricos debidos a cables en mal estado o sobrecarga de la red doméstica
  • manipulación inadecuada de líquidos inflamables
  • escapes de gases
  • acumulación de basuras
  • fumar en lugares inadecuados o en presencia de productos inflamables
  • cigarrillos o velas mal apagados
  • calderas de gas para calefacción en mal estado
  • tejidos, cortinas, faldones de mesas, etc. colocadas al lado de fuentes de calor como braseros, estufas o radiadores
  • las brasas de la chimenea
  • aceite quemado en la cocina

4.2) Incendios forestales: causas y consecuencias

Como hemos comentado más arriba, la principal causa de los incendios forestales es la acción del hombre, bien por negligencia, por descuido o malintencionados. Menos de un 10% de los incendios son por causas naturales. Cualquiera de las siguientes acciones es más que suficiente para iniciar un fuego de grandes dimensiones ya que suceden en un entorno ya de por sí propicio para ello: bosques secos y altas temperaturas.

Enumeremos cuáles son:

Causas artificiales:

  • Olvidar o dejar en el suelo restos de basuras y especialmente vidrios
  • El escape de una brasa al hacer una barbacoa o similar en el campo
  • Una colilla mal apagada
  • Incendios provocados
  • Un cortocircuito en un cable de alta tensión
  • La quema de rastrojos
  • Accidentes de tráfico y, en general, la utilización del coche u otras herramientas que pueden generar chispas
  • Grandes masas forestales sin limpiar de matorrales
  • Fogatas

Algunas de estas causas tienen en común una mala gestión urbanística en el entorno rural, que ha permitido la construcción de casas en zonas donde el riesgo de incendio en caso de descuido es alto.

Causas naturales:

  • la caída de un rayo
  • los efectos de un volcán

Consecuencias de los incendios forestales:

  • personas fallecidas
  • desalojos masivos
  • pérdidas de bienes, incluidas viviendas
  • grandes superficies naturales calcinadas y desaparición de los bosques correspondientes, con su fauna y flora
  • contaminación del aire y del suelo

5) ¿Qué hacer en caso de incendio?

¿Qué hacer durante un incendio? Estos son los pasos generales. Más adelante entraremos en el detalle de cada uno de ellos.

  1. lo primero es evitarlos
  2. detectarlos cuanto antes y avisar a los servicios de emergencias (teléfono 112)
  3. extinguirlos si podemos
  4. ponernos a salvo

La forma de actuar ante un incendio depende de muchos factores, entre ellos el tamaño que haya adquirido el mismo, dónde se haya producido, si es en un recinto cerrado o abierto, si está generando mucho humo, si las llamas nos impiden evacuar el edificio, el origen del mismo, etc. En cualquier caso, es fundamental que todos en casa sepan qué hacer antes, durante y despues de un incendio.

Obviamente lo mejor es evitarlos y que no se produzcan, así que, en el apartado 5.1 veremos lo que hay que hacer antes, para prevenirlos.

En el apartado siguiente (punto 5.2) veremos lo que tenemos que hacer durante el incendio (poca gente sabe qué hacer en un incendio). Ya que no lo hemos podido evitar, al menos saber reaccionar correctamente. Y aquí es fundamental poder detectarlo a tiempo. El fuego avanza increiblemente rápido y los primeros minutos son vitales.

A continuación, si podemos, lo apagaremos con las técnicas de extinción adecuadas y, si no, al menos abandonaremos la estancia para evitar poner en riesgo nuestra vida. Nunca utilizando los ascensores. En el punto 5.3 veremos qué hacer después de un incendio o para huir de él.

Independientemente de cuál haya sido la causa del incendio, la propagación del mismo sucede de forma rapidísima. Si no has podido extinguirlo en los primeros 2 o 3 minutos quizá ya se te vaya de las manos y lo único que podrás hacer será huir para al menos salvarte a tí y a tu familia. Por tanto es vital darse cuenta cuanto antes de que algo está pasando y actuar urgentemente. Una de las recomendaciones que siempre damos es la instalación de sensores detectores de humo.

Si en tu caso una bombona de butano (por la razón que sea) tiene el regulador de presión estropeado (la caperuza que une la bombona al tubo que va a la cocina) y se está saliendo el gas, es bastante probable que al contacto con el aire se forme una llama.

Para evitar que el problema vaya a más deberemos cortar el flujo de gas poniendo algo encima o, incluso, tapando la fuga con nuestras propias manos y luego retirando el regulador. O incluso retirando el regulador directamente. No hay peligro de quemarnos porque los primeros centímetros desde la boquilla nunca tienen llama (no prenden por no haber mezcla suficiente con el aire). Tampoco hay peligro de explosión, porque el gas sale de la bombona a una presión muy baja.

Incendio provocado por una bombona de butano

Si la fuga es en la válvula de sobrepresión de la propia bombona, no intentes apagarlo ya que en este caso sí hay riesgo de explosión. Si puedes, abre las ventanas y aléjate rápidamente. Recuerda no utilizar el teléfono móvil ni dar a la llave de la luz bajo ningún concepto. Esta situación sucede cuando la bombona ha estado sometida a calor (quizá por otro fuego, o exposición al sol, calefacción, etc.) y al aumentar su temperatura ha aumentado también la presión interior. Lo reconocerás porque la llama es mucho mayor y el ruido que hace el gas al salir también.

Siempre que estemos intentando apagar un incendio debes situarte entre el fuego y la vía de escape. De otro modo puedes quedar acorralado. Ten siempre presente dónde está la salida.

En el resto de supuestos de un incendio en una dependencia cerrada y si no lo hemos podido extinguir, debemos cerrar puertas y ventanas para favorecer su extinción por sofocación, es decir, por el agotamiento del oxígeno presente en el aire.

5.1) Prevención de incendios

Antes de ver cómo actuar en caso de incendio vamos a ver cómo prevenirlo en los dos supuestos que estamos analizando: un incendio en tu casa (o cualquier otro edificio) y un incendio forestal.

5.1.1) ¿Cómo prevenir un incendio en casa?

Para evitar tener un incendio en casa o minimizar su probabilidad, podemos tomar las siguentes precauciones:

  • Colocar ropa y cortinas alejadas de fuentes de calor: radiadores pero especialmente braseros y estufas.
  • Hacer las revisiones periódicas obligatorias de la instalación del gas y de la caldera ya que si no funcionan bien pueden generar CO (monóxido de carbono) que es un gas letal. Recuerda que además es un gas inodoro y que por tanto, un detector de gases puede salvarte la vida.
  • No sobrecargar los enchufes, bien con aparatos de mucha potencia o bien con regletas múltiples. Éstas en especial, deben estar homologadas para soportar la misma corriente que los enchufes de casa. Lo ideal es que compremos de las que llevan protección contra sobretensiones.
  • Renovar instalaciones eléctricas antiguas (anteriores a 1973).
  • Tener especial cuidado con aparatos eléctricos sin el indicativo CE que indica cumplimento de la normativa europea. Un ejemplo muy significativo son muchas luces de navidad que solemos comprar en esa época del año.
  • Todo punto de calor debe ser vigilado: el fuego de la cocina, plancha, chimenea, velas (que deben estar en un soporte firme y lejos de telas, cortinas, etc.)
  • No fumar en la cama ya que te puedes quedar dormido con el cigarillo encendido. Colillas y cerillas apagarlas bien antes de tirarlas a la basura.
  • Limpiar la grasa de la campana extractora, que puede actuar de avivador de un fuego en la cocina
  • No manipular aerosoles (insecticidas, desodorantes, etc.) ni líquidos inflamables (alcoholes, gasolina, etc.) cerca de una fuente de calor. Ni echarlos al fuego, aunque estén vacíos, ya que pueden explotar.
  • Siempre tener en casa una manta ignífuga, no previene del incendio pero puede salvarnos la vida si resultamos alcanzados por las llamas o nuestras ropas se incendian. En ausencia de una, podríamos tirarnos al suelo para sofocar las llamas de nuestra ropa.

5.1.2) ¿Cómo prevenir un incendio forestal?

Aunque gran parte de las actuaciones en este sentido corresponden a las autoridades, todos podemos aportar algo para evitar los incendios en los bosques.

En nuestra mano está lo siguiente:

  • no dejar basuras cuando salimos de excursión al monte o a la montaña, especialmente vidrios
  • no fumar y mucho menos, tirar colillas sin estar seguros de que quedan bien apagadas
  • no hacer barbacoas al aire libre (de hecho en muchas comunidades autónomas está prohibido en determinadas épocas del año)

Por parte de los responsables públicos, es importante lo siguiente:

  • limpieza de hojarasca que podría ser origen de fuegos y su propagación en los bosques
  • realización de cortafuegos, grandes líneas sin vegetación que cruzan el monte de lado a lado para evitar que un fuego originado en una de las laderas pase a la otra
  • fomentar la plantación de plantas autóctonas, deshaciéndonos de las foráneas; por ejemplo árboles como arizónicas, cipreses, etc. son más inflamables que otras especies
  • una mejor gestión urbanística en los entornos rurales

5.2) ¿Cómo apagar un incendio?

Tal y como dijimos en la introducción, para que se produzca y mantenga un incendio son necesarios tres elementos: 1) el combustible, 2) el comburente con el que reacciona y 3) calor. Por tanto, la extinción se debe basar en la eliminación de uno o varios de dichos elementos. Pero, en realidad, hay una cuarta manera de extinguirlos y es cortando la reacción en cadena.

¿Qué es la reacción en cadena en un incendio?

Un incendio se produce cuando combustible y comburente se mezclan a una temperatura determinada. En dicha reacción, se generan nuevas sustancias y calor, ya que la combustión es una reacción exotérmica. El calor generado aumenta la temperatura, lo que realimenta la combustión, ayudando a mantenerla. Al principio el fuego necesita un nivel mínimo de temperatura (temperatura de ignición) y, una vez alcanzado, se mantendrá sólo.

Así, cortar esa reacción en cadena es también una forma de extinguir los fuegos.

Por tanto, las 4 maneras de apagar un incendio son:

  1. Eliminación del combustible
  2. Por sofocación, cuando lo que quitamos es el comburente
  3. Enfriamiento (o control de las fuentes de calor)
  4. Inhibición, cuando paramos la reacción en cadena

Cualquiera que sea el caso, si podemos deberíamos retirar de cerca de las llamas todo material susceptible de quemarse, ya sean sólidos (muebles, sillas, ropa, cortinas, etc.), líquidos (recipientes con combustible, por ejemplo) o gas (cerrando las tomas correspondientes).

La mayoría de los agentes que utilizamos para extinguir los fuegos tienen características que les permiten utilizar varios de los métodos de extinción expuestos.

Así por ejemplo:

  • El agua en forma de chorro, no siendo el mejor método de apagar un fuego, extingue por enfriamiento y por sofocación. Nunca debe utilizarse en fuegos eléctricos.
  • El agua pulverizada básicamente extingue por enfriamiento pero también lo hace por sofocación (ya que al evaporarse aumenta 1.600 veces su volumen, desplazando al oxígeno presente) y en menor medida por inhibición.
  • Al contrario que el agua, el CO2, enfría principalmente por sofocación y en menor medida por inhibición y por enfriamiento. Son muy adecuados para fuegos eléctricos.
  • Los halones (hidrocarburos halogenados), evitan el fuego fundamentalmente mediante inhibición y, en menor medida, mediante sofocación. Estos compuestos, sin embargo, al ser considerados sustancias que eliminan la capa de ozono, están restringidos a aplicaciones profesionales, por lo que no los tendremos disponibles para uso doméstico.
  • La espuma extingue principalmente por sofocación pero también por enfriamiento.
  • Los extintores especiales de polvo para metales funcionan por inhibición y algo por sofocación. Muy importante no utilizarlos nunca en fuegos eléctricos.
  • Finalmente, los extintores de polvo ABC y polvo BC extinguen sobre todo por inhibición y menos por sofocación. Este agente puede utilizarse en fuegos eléctricos.

En el siguiente resumen en forma de tabla tienes una visión global de todos los métodos de extinción en función del tipo de fuego.

Sustancias extintoras segun tipo de incendio

Recuerda que los fuegos se propagan con rapidez, así que es precisio actuar con urgencia. Y que además del propio fuego existe un alto riesgo de asfixia debido a los gases que se desprenden. Es fundamental disponer en casa de un sistema contra incendios y saber utilizarlo.

Dependiendo de la clase de fuego que tengamos, es más recomendable utilizar una u otra de las 4 formas que hemos enumerado. A continuación vamos a verlas.

5.2.1) Extinguir un fuego clase A (sólidos)

El fuego clase A se puede apagar con agua a chorro pero es más eficaz el uso de agua pulverizada o, en menor medida la utilización de extintores de espuma o polvo ABC. También se utilizan extintores de CO2 y halones pero son menos eficaces. El agua pulverizada lo que hace fundamentalmente es enfriarlo, mientras que el resto de agentes lo que hacen es desplazar el aire y extinguen por sofocación o inhibición, evitando el contacto del oxígeno con el combustible. En particular, los halones así como los extintores que utilizan polvo ABC (de sales de fosfatos, etc.) extinguen muy bien porque, proyectados sobre la base de las llamas, paran la reacción en cadena.

Los fuegos sólidos también pueden extinguirse echándoles arena u otro material no cumbustible. El efecto es el mismo, evitando el contacto con el oxígeno.

Por dar una regla clara que poder memorizar, decir como resumen que lo más práctico es utilizar un extintor de polvo ABC que permite el uso en fuegos eléctricos y, además, es de obligada instalación en todos los edificios de viviendas según el Código Técnico de Edificación.

5.2.2) Extinguir un fuego clase B (líquidos)

De la misma manera, los fuegos clase B se deben apagar con extintores de polvo BC, siendo también muy adecuados los de polvo tipo ABC, los de espuma y los halones. Todos ellos actúan por inhibición excepto los de espuma que lo hacen fundamentalmente por sofocación.

Sin embargo, al igual que hemos mencionado en el anterior caso, por simplificar recomendaríamos el uso de extintores de polvo tipo ABC salvo que ya se disponga de uno específico de polvo BC.

5.2.3) Extinguir un fuego clase C (gases)

En este caso los fuegos se extinguen por eliminación. Es decir, se retira el gas combustible, con lo cual el incendio se apaga rápidamente en cuanto se acabe el gas que ya ha salido. Es muy importante cortar el gas porque, además del fuego, existe un alto riesgo de provocar una explosión.

En el caso de que la fuga sea en una bombona de butano, el problema puede estar en el regulador o en la válvula de sobrepresión, como ya hemos comentado.

En el primer caso, simplemente sacando el regulador de la bombona, cesará el aporte de gas y se extinguirá la llama. El segundo caso es mucho más peligroso. Lo distinguirás porque se oye un ruido mucho mayor y la llama también es más grande. Aquí no vas a poder cortar el gas y hay riesgo de explosión, así que lo que debes hacer es alejarte rápidamente y llamar a emergencias. ¡Pero cuidado, no utilices el teléfono cerca del habitáculo en el que está la bombona!

Si has podido cerrar el gas, la extinción se hará fundamentalmente por inhibición, utilizando un extintor de polvo (indistintamente ABC o BC) o por halones.

5.2.4) Extinguir un fuego clase D (metales)

Los fuegos cuyo combustible es un metal solo se pueden extinguir con extintores de polvo especiales para metales, produciéndose ésta por inhibición.

Recuerda que no puedes utilizarlos en presencia de electricidad.

5.2.5) Extinguir un fuego clase F (aceites)

El peligro en los fuegos de aceites (fuegos clase F) es utilizar un extintor que salga con mucha fuerza. Lo que provocaremos es que el aceite ardiendo se salga de su recipiente, manchando las zonas aledañas y, por tanto, extendiendo el fuego. Tampoco debemos utilizar agua, ya que saltará hirviendo, podrá extenderlo más y provocarnos quemaduras.

Lo adecuado en estos casos es ahogarlo tapando la sartén o cubriéndolo con una manta ignífuga o un paño húmedo. Por propia experiencia te digo que si tienes el aceite a muy alta temperatura tapado en su cazuela, jamás la abras porque prenderá de inmediato al contacto con el aire. Lo que hay que hacer es alejarla del fuego y esperar a que baje la temperatura antes de abrirla.

Incendio en la cocina

5.2.6) Cómo apagar un incendio electrico

El procedimiento para cortar un fuego eléctrico es el siguiente:

  • llama a emergencias y corta el suministro eléctrico
  • localiza y utiliza un extintor apropiado para fuegos eléctricos, según hemos visto, los de CO2 o polvo
  • en el caso de fuegos pequeños también puede valer una manta ignífuga

5.3) ¿Qué hacer después de un incendio?

5.3.1) Fuegos en el interior de edificios

Si no hemos sido capaces de extinguir el fuego mediante los métodos anteriores, sólo nos queda ponernos a salvo. Esto puede hacerse o bien huyendo (evacuación) o bien confinándonos en un lugar seguro.

La evacuación consiste en salir del edificio y desplazarte a una zona suficientemente alejada de las llamas y del humo. Siempre al aire libre.

Durante la salida:

  • Jamás debemos hacer uso de los ascensores, ya que podríamos quedar atrapados en ellos y morir, tanto por inhalación de gases como quemados.
  • Si hay mucho humo, gatear hasta la salida a ser posible utilizando un paño húmedo que nos cubra la boca.
  • Si se puede, es importante cerrar a nuestro paso todas las puertas y ventanas que podamos (excepto si hay un escape de gas) ya que no entraría oxígeno nuevo y es una forma de ralentizar e incluso extinguir el fuego. Esto es especialmente importante en las puertas cortafuegos que tienen muchos edificios en los pasillos que dan a las escaleras.
  • No pierdas tiempo intentando coger pertenencias personales, aunque sería deseable llevar las llaves de casa.
  • No intentes bajar por las escaleras si hay humo. En estos casos es más seguro confinarte.

Si no podemos salir por la razón que sea (lo habitual es que el fuego esté en el camino de salida) no nos queda más remedio que confinarnos. Para ello intentaremos ir a la dependencia de la casa más alejada del fuego, cerraremos todas las puertas a nuestro paso y pondremos paños húmedos tapando las rendijas para evitar que entre el humo. Quizá eso sea suficiente para aguantar unos minutos mientras llegan los bomberos. Si hay ventanas ábrelas y grita para que sepan que hay gente dentro.

5.3.2) Fuegos en la naturaleza

En el caso de fuegos en el monte es crítico saber hacia donde huir, pues las grandes masas en llamas nos pueden envolver y dejarnos sin escapatoria posible. Además un golpe de viento puede hacer que nos abrasemos directamente. Las indicaciones a seguir son las siguientes:

  • Huir en contra de la dirección del viento o, si no se puede (el fuego vendrá desde allí) huir por un lateral. Pero aunque pueda parecer lógico (en principio parece que nos alejamos del fuego) nunca ir en la misma dirección del viento ya que éste nos alcanzará y puede acorralarnos.
  • No huir ladera arriba ni hacia barrancos ni vaguadas, sino buscar claros en el monte

El conocimiento previo de la zona a la que vamos a desplazarnos puede salvarnos la vida en caso de incendio en el monte

Para terminar un último consejo. En general, tanto si se trata de fuegos urbanos, en tu vivienda, en una industria o en el monte, habrás visto que una de las principales acciones que tenemos que llevar a cabo es el conocimiento con cierto detalle de la zona afectada: dónde están las tomas de luz y de gas, cuáles son las vías de evacuación, dónde están los extintores, etc. Así que ya sabes, empieza a elaborar la documentación correspondiente para completar tu plan de emergencia.