Según datos del Ministerio de «Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad», en los últimos 19 años, en España han sido asesinadas 1.112 mujeres en crímenes llevados a cabo en el entorno doméstico, en lo que se ha llamado violencia doméstica o violencia de género (más abajo veremos las diferencias entre ambas terminologías).
Una situación así no puede simplemente ser ignorada. De hecho, las autoridades están legislando y haciendo campañas permanentemente para intentar evitar esta auténtica lacra que, además de las víctimas que se contabilizan en las cifras, provoca en miles de personas una vida de amenazas y terror en su día a día. Personas que, por supuesto, incluyen a los hijos.
1) ¿Qué es la violencia doméstica?
También llamada violencia intrafamiliar, la violencia doméstica es la que se ejerce en el entorno de la convivencia en el hogar o familiar. Puede ser de un miembro de la familia contra otro o contra varios.
Incluye no solo actos de violencia física (lesiones, malos tratos, agresión sexual o asesinato) sino también todo lo que suponga acoso, intimidación, amenaza, vejaciones y todo tipo de hostigamiento psicológico y verbal. Se consideran también aquí como delito las acciones de difusión de actividades sexuales sin el consentimiento de la víctima.
El término violencia doméstica implica que el delito se comete en el ámbito familiar, sin que el género de la víctima sea causa relevante en el mismo.
1.1) Tipos de violencia doméstica
El término violencia doméstica se puede referir a un conjunto de situaciones, como son:
- violencia de la mujer hacia el hombre
- violencia del hombre contra la mujer
- maltrato infantil o hacia los adolescentes
- maltrato a ancianos
- violencia de los hijos hacia los padres
2) Violencia de género
La violencia de género se refiere al hecho concreto de la violencia llevada a cabo por el hombre contra la mujer, aprovechando la superioridad física que le otorga símplemente su género. En el subconsciente de las agresiones subyace el ejercicio de poder, subordinación, desigualdad y sometimiento y suele acompañar el aislamiento social de la víctima. En caso de que no existan estos elementos no se considera violencia de género, pudiendo encuadrarse en cualquier otro tipo de delito (por motivo de robo, etc.).
Aunque teóricamente (y en la práctica) podemos tener también una violencia de género de la mujer hacia el hombre, desde el punto de vista legal esto no existe. La ley de violencia de género no contempla el delito de violencia de género para las mujeres ni entre personas homosexuales (aunque sí en el caso de agresión a personas LGTBI cuando el motivo haya sido la orientación sexual). Por eso a veces a la violencia de género se le llama también violencia machista.
La violencia de género incluye también acciones contra la libertad sexual de la mujer, obligarla a abortar, mutilaciones, etc. Todo aquello que tenga como base la desigualdad y el ejercicio de control hacia las mujeres.
3) Diferencias entre la violencia doméstica y la violencia de género
Según lo descrito en los dos puntos anteriores, podemos considerar que la violencia de género (tal y como establece la ley) y la violencia doméstica son dos conjuntos de delitos conceptualmente diferentes pero con muchos en común a ambos. Los delitos de violencia de género se caracterizan por:
- solo es ejercido por el hombre (si no es así puede ser violencia doméstica pero no violencia de género)
- se ejerce en base a un trasfondo de sometimiento aprovechando la superioridad física
- existe o existió una relación sentimental de pareja entre ambos
Aunque muchos de ellos se ejercen en el entorno familiar y doméstico, no solo se circunscriben a éste. De hecho, algunos delitos de violencia de género no son de violencia doméstica ya que se dan en otros ámbitos como el trabajo, la cultura, los medios de comunicación o la educación. Ejemplos de violencia de género que no se dan en el ámbito familiar podrían ser:
- la prostitución forzada y trata de blancas
- discriminación laboral
- acoso sexual y violación
- agresiones homófobas
4) Causas de la violencia doméstica
Tanto en el caso de la violencia doméstica como en el caso de la violencia de género, hay un fondo de inmadurez psicológica de la persona que lo ejerce. Normalmente son personas con problemas de inseguridad y baja autoestima que ejercen su supuesta superioridad para compensarlos y sentirse dominantes. Es una forma de canalizar su frustración y su ira.
La baja o nula empatía (para ponerse en el lugar del otro), no siendo causa directa, también suele acompañar a estas actitudes.
Complementariamente, los autores de violencia doméstica pueden actuar por la siguientes causas o tener alguno de los siguientes rasgos:
- Como venganza hacia otro miembro de la familia al que se hace responsable de estar en una situación que no se desea. Esto es muy claro en los casos de agresiones a los hijos como respuesta a la separación o la petición de separación por parte de la pareja.
- Una personalidad narcisista exagerada, que lleva a imponer sus deseos por encima y a costa de los de los demás.
- Personas autoritarias e intolerantes
- Que el agresor haya sufrido maltrato infantil durante la infancia o haya vivido de pequeño la violencia doméstica en su propia familia.
- Falta de control emocional
- Dificultad para expresarse
- Actitud antisocial
El caso particular de la violencia filio-parental tiene causas diferentes. El hijo maltratador suele buscar controlar a sus padres con el fin de hacer lo que le plazca. Y lo hace tanto con violencia física como psicológica.
5) Efectos de la violencia doméstica
En todos los casos de violencia las víctimas soportan un gran sufrimento que requiere de atención, a veces médica y psicológica. Suele manifestarse en ansiedad, depresión, angustia, miedo, inseguridad, alteraciones psicosomáticas, dificultad para dormir y relacionarse e, incluso, adicciones.
Algunos comportamientos que nos pueden llevar a pensar que alguien está sufriendo algún tipo de violencia son:
- Si evita reunirse con amigos o familiares
- Si, sin razón que lo justifique, ya no practica actividades que solían gustarle
- Si se siente incómodo con su pareja
- Si tiene golpes, cortes o hematomas e intenta esconderlos mediante la ropa, complementos, maquillaje, etc.
- Si justifica con excusas el comportamiento de su pareja
Además, tanto en la violencia de género como en la violencia doméstica (dependiendo de quién sean víctima y agresor) se da la circunstancia de que la víctima empatiza con su agresor y a veces es difícil que decida cortar la relación. Las causas son las siguientes:
- no se perciben como víctimas
- se sienten culpables de la situación
- esperanza de que el agresor cambiará
- miedo a la reacción del agresor
- no disponen de recursos económicos
- no tienen a nadie en quien apoyarse, familiares o amigos
5.1) En los padres maltratados
Realmente los padres que son maltratados por sus hijos viven en un estado de miedo permanente y pueden sufrir daños físicos, psicológicos y emocionales similares a los que sufre una mujer sometida a violencia de género. Por ello adoptan las siguientes actitudes:
- no hacen ni dicen nada que pueda molestar al hijo violento
- le dejan hacer lo que quiere
- deseas que se vaya o que esté el menor tiempo posible en casa
- te avergüenzas de la situación e intentas que nadie se entere
- te sientes culpable de haber hecho algo mal en su educación

5.2) En los hijos maltratados
La violencia en los niños aparece cuando son víctimas directas pero también cuando ven cómo se ejerce la violencia contra la madre u otro miembro de la familia. Ambas se conocen como violencia vicaria y tienen un profundo impacto sobre los menores, impidiendo el desarrollo normal a lo largo de la infancia.
Aparte de los comportamientos ya mencionados, se puede producir falta de concentración, irritabilidad y regresión en el lenguaje. Además, los niños muestran sus pensamientos y temores por medio de dibujos, se vuelven a chupar el dedo, tienen miedo a la oscuridad, no quieren ir al colegio o dejan de controlar los esfínteres y se orinan en la cama. También pueden mostrar agresividad.
Otros posibles síntomas son miedos a algún adulto en concreto, sangre en los genitales o la ropa interior rota.

Como consecuencia de todo ello, los hijos son más propensos al fracaso escolar y pueden desarrollar importantes carencias emocionales que les impidan relacionarse correctamente y llevar una vida normal. Incluso favorecer adicciones. Además, luego de adultos tienen mayor probabilidad de ser también maltratadores.
5.3) En el cónyuge maltratado
Suele adoptar una actitud pasiva por miedo a nuevas agresiones. Aparte de los síntomas mencionados en la introducción del capítulo 5, puede producirse alguna disfunción sexual y pérdida de autoestima derivada del estado psicológico.
5.4) En los abuelos maltratados
La violencia contra los abuelos también puede ser física, pero fundamentalmente es emocional. Los ancianos se sienten abandonados por su familia, que los considera un estorbo.
Suele manifestarse en depresión y tendencias suicidas, que pueden ser activas, pero normalmente son pasivas, simplemente se abandonan y se dejan morir. Sin llegar a esos extremos, el maltrato a los abuelos suele agravar dolencias que ya tienen, como hipertensión, diabetes, cefaleas o artritis.

6) ¿Cómo prevenir la violencia doméstica?
A largo plazo la solución pasa por la educación de nuestros jóvenes, desde muy temprana edad, eliminando estereotipos y fomentando la igualdad real. Quizá a fecha de hoy pensar esto sea un poco utopía pero, sería de esperar que en algunos años, la educación y el ejemplo de los mayores, cree generaciones en las que este tipo de violencia y desigualdad se vea como algo del pasado.
De cualquier modo, en el caso de la violencia de género, hoy por hoy tan solo podemos tomar medidas preventivas. Intentar asegurarnos antes de que la relación vaya más allá, de que la persona con la que vamos a estar es una persona equilibrada y no tiene antecedentes pasados de violencia.
Algo que deberíamos hacer en cuanto empecemos a detectar las primeras señales y, antes de que la violencia vaya a más, es tener un confidente. Identificar a alguien de total confianza con quien podamos hablar. No sólo porque te aliviará contarlo, sino porque reducirás el sentimiento de que estás solo y, llegado el caso, tendrás a alguien con quien contar que te pueda ayudar.
Si estás en una situación apurada en la que ves que vas a sufrir una agresión inmediata, puedes hacer uso de algún objeto de defensa personal pensado para estos casos. No son peligrosos pero harán que tu agresor desista.
7) ¿Cómo actuar en caso de violencia doméstica?
Aunque solemos pensar que la persona cambiará, que con el tiempo mejorará, etc. las situaciones de violencia en el hogar o de violencia de género no suelen tener vuelta atrás. Al menos no sin la ayuda de alguien externo.
Para saber qué hacer, tenemos que distinguir varios casos dependiendo de si hablamos de violencia de género o de violencia doméstica, así como de si somos nosotros las víctimas o solo somos testigos de un caso cercano.
7.1) ¿Cómo actuar en caso de ser víctima de violencia de género?
Si tu situación es urgente porque acabas de sufrir una agresión o crees que puedes estar a punto de sufrirla, debes seguir los siguientes pasos:
- Llama lo antes posible al 016, teléfono de asistencia a víctimas de violencia de género, que funciona 24 horas los 365 días del año (alternativamente se puede llamar también a la policía nacional -091- o a emergencias -112-). Allí te asesorarán sobre los siguientes pasos, que pueden ser:
- Acudir al servicio de urgencias del hospital
- Con el parte de lesiones del hospital, poner una denuncia en comisaría de policía o la guardia civil
- Solicitar protección (para ello es necesario haber puesto previamente la denuncia)
- Propuesta de abandonar el domicilio
En caso de que no haya una urgencia inminente, plantéate empezar a tratar tu caso contándoselo a alguien de tu entera confianza. Entre los dos será más fácil abordar el problema. El siguiente paso sería consultar la web de WRAP (web de recursos de apoyo y prevención ante casos de violencia de género), llamar al teléfono 061 e incluso denunciar a tu agresor.
Si eres víctima de violencia de género, seguramente en algún momento habrás pensado en abandonar tu hogar. Quizá todavía no lo has hecho por miedo o por defender a tus hijos, pero antes o después tendrás que afrontarlo. Para ese momento, deberás tener previstas una serie de medidas y preparados algunos documentos que te enumeramos a continuación. No hacerlo te generará problemas cuando tengas que pedir ayuda, acreditar tu situación, solicitar algún servicio (médico, etc.) o, simplemente, pagar los gastos del día a día.
- Documentación:
- Ten a mano el teléfono de información a las mujeres (900 400273) y el teléfono de asistencia a víctimas de violencia de género (016). Ambos son de ámbito estatal y no dejan rastro en la factura (pero debe borrarse del registro de llamadas del teléfono desde el que has efectuado la llamada).
- Prepara una agenda con los teléfonos de amigos y familiares
- Documento Nacional de Identidad (o pasaporte si eres extranjera)
- Tarjetas sanitarias tuya y de tus hijos
- Contrato de compra-venta o contrato de alquiler de la vivienda en la que resides
- Libro de familia
- Si es el caso, copia de las denuncias que hayas puesto, así como de los informes médicos que tengas por agresiones de las que hayas sido objeto
- Números de cuentas bancarias
- Material:
- Ten preparados un juego de llaves de tu casa y del coche.
- Prepara ropa para varios días para ti y para tus hijos.
- Tarjetas de crédito
- Dinero en metálico para aguantar varias semanas sin otros ingresos
- Otros:
- Guardar pruebas del maltrato, normalmente serán fotos de las lesiones, mensajes de whatsapp, etc.
- Mantén al tanto del problema a algún amigo o familiar de mucha confianza, tanto para dar aviso o denunciar si te pasa algo o sospecha que puede haberte pasado, como para que te preste refugio en su casa hasta que se calme la situación o dispongas de alternativa.
7.2) ¿Qué hacer si conozco un caso de violencia de género?
Si eres familiar o amigo cercano de una persona que podría estar sufriendo maltrato, actúa de la siguiente manera:
- Si hay un peligro inmediato llama al teléfono de emergencias 112
- Investiga en tu Comunidad Autónoma o Ayuntamiento qué recursos locales podrían ayudar para que, llegado el caso, puedas compartir la información con la persona afectada. Se trata de ponérselo fácil en caso de que ella quiera dar algún paso.
- Aprende a identificar las señales y haz un seguimiento para confirmar posibles abusos
- Si tienes confirmación o sospechas fundadas, habla con la persona de forma privada en un lugar seguro (evita o ten cuidado con los mensajes o whatsapps que envíes, ya que podrían ser interceptados por el maltratador). En la conversación, especifica con concreción los signos y comportamientos sospechosos que te han llevado a hablar con ella.
- Todos los agresores tienden a aislar a sus víctimas así que acompáñala todo lo que puedas para evitar que se sienta sola
- Si tu familiar o amiga está decidida a dejar a su pareja, ayúdale a hacer un plan para salir de la relación de la manera más segura posible. Los servicios de ayuda de violencia doméstica pueden ayudar a preparar un plan de seguridad. Puedes ver también lo comentado arriba en el punto 7.1.
- Si no está preparada no insistas. Tiene que verlo de ella. Simplemente dile que cuente contigo para hablar en cualquier momento.
Si eres conocedor o sospechas de algún caso pero no tienes confianza con la persona o, incluso, no tienes ninguna relación, puedes hacer lo siguiente:
- Aunque no tengas relación con la víctima, puedes dar un paso adelante y actuar como si la tuvieras, realizando las acciones que acabamos de comentar justo arriba. Esta sería la medida más efectiva.
- Si has presenciado la agresión, oído gritos, peleas, etc. puedes directamente llamar a la policía para evitar que vaya a más (al menos en ese instante).
- También puedes poner una denuncia directamente en la comisaría de policía. Debes saber que existe la posibilidad de realizar la denuncia de forma anónima, aunque ello dificulta la futura investigación.
- Siempre tienes la opción de llamar por tu cuenta al número 016, donde te informarán de posibles pasos a seguir, aunque lamentablemente la única opción que te darán será poner una denuncia. Ellos no actúan de oficio.
7.3) ¿Qué tengo que hacer si sufro violencia doméstica?
Los casos de violencia doméstica que se pueden dar son fundamentalmente los siguientes:
- violencia del padre a la madre (ya contemplado en el caso de la violencia de género)
- violencia de la madre al padre
- violencia de hijos a padres
- violencia de padres a hijos
- violencia de adultos distintos de los padres (tíos, vecinos, amigos) contra los hijos
- violencia de un hermano contra otro (violencia doméstica entre hermanos)
- violencia contra ancianos
A los menores de edad, los casos que les aplican son el 4, el 5 y el 6. No es nada fácil y exige mucha valentía por su parte, pero lo que deben hacer es contárselo a algún adulto con el que tengan mucha confianza pero que esté fuera del entorno del agresor. Es decir:
- Caso 4: se lo pueden contar a un profesor del colegio o al médico
- Caso 5 y Caso 6: lo aconsejable es que se lo cuenten a los padres.
En ambos casos, el adulto está en la obligación de ponerlo en conocimiento de las autoridades, así que deberá seguir las pautas mencionadas en el punto 7.2 que acabamos de explicar, pero con la prudencia y tacto necesarios para afectar lo menos posible al menor y no agravar su sufrimiento. Adicionalmente se pueden poner en contacto con la Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo) en los teléfonos 116111 ó 900202010.
Con respecto al caso 3, violencia filio-parental, los expertos aconsejan denunciarlo antes de que vaya a más. Es doloroso denunciar a tu propio hijo, pero a veces es la única salida.
Al maltrato entre hermanos (caso 6) muchas veces se le quita importancia incluso por parte de los propios padres. Se consideran cosas de niños que están dentro de la rivalidad y peleas propias de ellos. Sin embargo, cuando es continuado y siempre del mismo hermano hacia otro, puede tener secuelas importantes.
La rivalidad es recíproca, el acoso no.

No se debe mediar ejercitando nuestra autoridad como padres, pues podríamos agravar el problema. La solución pasa por hablar con el agresor y dar ejemplo sobre cómo resolver confilctos pacíficamente. En casos extremos se debe acudir a un psicólogo especializado.
Con respecto al caso 7, violencia contra nuestros ancianos, lamentablemente tenemos que decir que son el colectivo más vulnerable de todos. Muchas veces están completeamente aislados, no se valen por sí mismos y son totalmente dependientes del resto de la familia. Es casi imposible que pidan ayuda y mucho menos que lo denuncien. Aqui prácticamente la única salida sería que alguien del entorno (familiares o el médico) se de cuenta de la situación y lo denuncie.
Recuerda también que siempre que estés en peligro puedes utilizar una alarma portátil para llamar la atención de las personas que hay a tu alrededor.