Imaginemos que ocurre un desastre natural de dimensiones nacionales. El tráfico es un caos, se ha ido la luz, no tenemos internet y apenas podemos comunicarnos mientras dure la batería de nuestro teléfono móvil. ¿Sabrías que hacer?

Es cierto que una situación de emergencia tan grave no es muy probable, pero eso no quiere decir que no sea posible. Es más, la probabilidad de que ocurra es mucho mayor de lo que nos gustaría, si tenemos en cuenta todas las posibles catástrofes que nos amenazan: guerra nuclear, desastre natural, pandemia mundial, colapso económico, etc.

Como ejemplo, en este artículo puedes ver que investigadores reputados valoran entre un 1% y un 19% la probabilidad de extinción humana durante este mismo siglo. Lo cual quiere decir que la ocurrencia de catástrofes mucho menores es bastante más probable.

Por ello hemos querido escribir esta guía de supervivencia centrada en las primeras 72 horas, ya que esos 3 días son los más críticos, normalmente nos pillan por sorpresa y sin ningún tipo de preparación. Para esas personas está dirigida esta guía, como hoja de ruta única para ayudarles a construir un arsenal de emergencia casi profesional.

Para los más experimentados, compartiremos algunos consejos y trucos increíbles de supervivientes en catástrofes reales, para ayudarlos a llenar esos vacíos que puedan tener en su preparación.

La base de toda preparación es el kit de 72 horas. Veremos relatos de primera mano de supervivientes para comprender los eventos para los que realmente necesitas prepararte y ofreceremos consejos profesionales sobre qué hacer en esos casos.

1) Guía de supervivencia: Cronología de un desastre

Antes de entrar a enumerar la lista de verificación, daremos un paso atrás y veremos los desafíos que tendrás que enfrentar durante una emergencia importante, poniéndonos en el peor caso para estar preparado en todos los escenarios.

Aunque en la mayoría de los casos no tendrás que evacuar, tratar lesiones graves, lidiar con una conmoción, el pánico, etc.

Así que empezaremos con los días uno a tres de un desastre. Estos son los momentos más importantes de casi cualquier emergencia porque pueden llevarte al éxito o al caos en las siguientes semanas.

1.1) Fase 1. Fase de Inicio

El primer punto de una guía de supervivencia es el inicio. Esta fase tiene lugar antes y durante el desastre, ocupando normalmente los días 1 y 2 desde el inicio de la crisis. Se caracteriza por:

  • Caos: cesan las actividades normales y la vida se convierte en impredecible
  • Evacuación: Se suceden gigantescos atascos de tráfico y las peleas por conseguir un lugar seguro donde permanecer. Tienes que llevar toda tu vida en una mochila.
  • Sobrevivir: Luchas por protegerte de las dificultades en el refugio donde empiezas una nueva vida

Según los supervivientes, el primer o segundo día de un gran desastre se puede resumir en una palabra: caos. La vida normal del día a día se detiene bruscamente cuando todos se apresuran a ponerse a salvo y se centran en la supervivencia.

Esto por sí solo es suficientemente peligroso, pero no es todo lo que se te viene encima. En el instante en que ocurre un desastre, hay una serie de respuestas emocionales y psicológicas que pueden afectar al juicio y conducir a un comportamiento peligroso.

Cómo prepararse

La mayoría de nosotros hemos aprendido que no siempre se puede controlar lo que sucede en el mundo. Sin embargo, sí se puede controlar cómo responder ante ello y eso marca la diferencia en un desastre. La mejor manera de controlar y optimizar tu respuesta en tiempos de caos es crear un plan por adelantado y luego practicarlo periódicamente.

A continuación enumeramos 10 de los consejos más importantes para crear un plan de emergencia.

1.1.1) Planifica tu Refugio

¿Dónde y cómo te vas a proteger? Como en principio no sabemos dónde nos va a pillar la crisis, tienes que planificar qué harás en cada una de las ubicaciones donde normalmente pases tu tiempo: tu casa, el trabajo, etc.

Por ejemplo algunas personas guardan sus víveres distribuidos por toda la casa, por si la despensa no queda accesible después del desastre. O piensa en qué lugar colocas la linterna para que cuando la necesites (y no haya luz) la encuentres fácilmente.

Ten en cuenta que debes incluir en el plan, al menos, a todas las personas de las que seas responsable. Si no incluyes a todos, no será un plan completo.

1.1.2) Planifica la evacuación

Tienes que estar listo para levantarte e irte en cualquier momento. El plan de evacuación debe establecer:

  • Cómo salir de tu casa, oficina o coche de forma segura.
  • Cómo huir de la ciudad.
  • Cuál será el punto de encuentro con los tuyos

No olvides tener en cuenta a todos los miembros de la familia o a todas las personas que convivan contigo y de las que seas responsable.

1.1.3) Ten un plan de comunicaciones

Asegúrate de tener cubiertos los siguientes mínimos:

  • Cómo mantenerte en contacto con tus seres queridos
  • Cómo mantenerte informado sobre las condiciones e instrucciones oficiales.
  • Cómo y dónde contactar con los servicios de emergencia

Normalmente ya lo tenemos, pero si no es así, crea un grupo de whatsapp (u otra aplicación de mensajería) con tus seres queridos para estar en todo momento conectados. Si las comunicaciones no funcionan correctamente, puedes también mantener informados a los tuyos o coordinar ayudas, rescates, etc. a través de redes sociales

1.1.4) Ten planes de contingencia por si fallan los principales

Ningún plan funciona a la perfección, así que piensa qué harás si falla tu plan para el refugio, el plan de evacuación o el de comunicaciones.

Como ejemplo podemos pensar en la utilización de una emisora de radio por si fallan las comunicaciones principales, o tener un contact que nos pueda llevar en caso de fallo de nuestro coche.

1.1.5) Contactos y Documentación

Prepara con antelación un listado con los contactos de los servicios de emergencia que puedas necesitar en un momento de crisis. Incluye también los números de teléfono y correo electrónico de familiares y personas cercanas con quien puedas prestar ayuda mutua.

Además, ten accesible la documentación que sea importante conservar si sucede una catástrofe. Por ejemplo el carné de conducir, tarjeta de la seguridad social, seguros médicos, información bancaria o la escritura de la vivienda. Es posible que tengas que cogerlos rápidamente durante una evacuación.

1.1.6) Asigna responsabilidades

Divide tu plan en tareas y asígnalas. Cada familia y lugar son únicos así que, aunque con los mismos apartados, cada plan será diferente.

1.1.7) Guarda los planes

Visualiza y memoriza dónde guardas los planes para que, llegado el momento, tengas acceso rápido a ellos. Quizá sea bueno hacer copias y repartirlas, o bien, tenerlos accesibles en todo momento en nuestro teléfono móvil y/o en la nube.

1.1.8) Actualizaciones

Al menos una vez al año deberían revisarse los planes por si hay cambios en los contactos, las ubicaciones, etc.

1.1.9) Haz un simulacro

Está demostrado que somos capaces de repetir después, casi inconscientemente, todo aquello que hemos practicado antes. Ello nos permitirá pensar más deprisa y concentarnos en otras cosas mientras ejecutamos el plan. Y, cuando llegue el momento, nos sentiremos más seguros.

Además, practicar los planes nos permitirá mejorarlos, ya que puede sacar a la luz defectos que no habíamos considerado en el momento de escribirlos.

Por ejemplo, se puede simular la evacuación de la casa con las luces apagadas.

1.2) Fase 2. Fase de Impacto Inmediato

El siguiente punto de la guía de supervivencia es el del impacto. En esta fase suele ocurrir lo siguiente:

  • Heridos: algunos puede ser graves y además será complicado llegar al hospital
  • Agua: puede estar cortado el suministro de agua o, si no lo está, puede estar contaminada. Hay que conseguirla lo antes posible
  • Comida: También faltará comida y se depende de las reservas que hayamos almacenado o tengamos para emergencias
  • Energía: puede fallar el suministro eléctrico, por lo que no tendremos ni luz ni calefacción ni aire acondicionado. Además el contenido de la nevera se echará a perder

Una vez pasados los primeros momentos y confirmar que los tuyos están bien, en general el día 2 es momento de empezar a resolver los problemas más acuciantes.

Puede ser que no tengamos suministro eléctrico, no haya agua o no haya comida. O todas ellas a la vez. Lo normal es hacerse las siguientes preguntas:

  • ¿Queda algo en la nevera?
  • ¿Qué tengo en los armarios?
  • ¿Estarán en buenas condiciones mis suministros de emergencia?
  • ¿Puedo llegar a ellos?
  • ¿Tendré suficiente hasta que todo vuelva a la normalidad?

La planificación y la práctica te ayudaron en los momentos iniciales, pero en este punto, dependerás de los suministros de que dispongas.

1.2.1) A tener en cuenta

Los alimentos y el agua deben ser la primera prioridad cuando preparas los suministros, pero lo difícil es valorar la cantidad a almacenar porque normalmente no sabemos cuánto puede durar una potencial crisis.

Si se va la energía, no tendremos luz ni podremos controlar la temperatura. Tampoco funcionará la nevera.

La buena noticia es que, si diseñas los suministros de los primeros 3 días adecuadamente, no será necesaria mucha energía para salir adelante.

1.2.1.1) Piensa lo que puedes llevar en una mochila.

En los primeros tres días después de un desastre de lo que se trata es de sobrevivir a la escasez.

Incluso con un gran plan, todavía estás a merced de las condiciones que queden después del desastre. Si no puedes meter en una mochila grande todo lo que necesitas, probablemente tengas problemas. Así que diseña tu suministro de tres días para que se ajuste a las dimensiones de la misma. De esa manera estarás cubierto en cualquier circunstancia.

Pero tendrás que cambiar la forma en que gastas la energía en estos 3 días.

  • Energía: si estás en casa lo ideal es que dispoingas de un generador. Si te has quedado fuera o has tenido que huir, al menos asegúrate de llevar un cargador de baterías para el móvil y la radio.
  • Luz: lleva al menos una linterna LED resistente al agua con múltiples opciones de carga: solar, batería o incluso a manivela. Si, además, llevas una luz colgante mucho mejor. Lo ideal es que, además, las luces tengan una función estroboscópica para la utilizarla como señalización.
  • Refrigeración: como no dispondremos de ningún tipo de refrigeración, mete alimentos que no la necesiten. Las barritas energéticas y las bolsas de alimentos de emergencia liofilizados o deshidratados son la mejor opción. Y además caben perfectamente en la mochila.
  • Temperatura: durante los primeros tres días, al menos, tendrás que conformarte con la ropa que tengas y acondicionar en la medida de lo posible el refugio donde te encuentres. Incluye en la mochila mantas térmicas de emergencia y un saco de dormir; ambos son fácil de llevar. Si estás en verano, lleva un ventilador de pilas y bebe mucha agua.

Debido a que el espacio de una mochila es reducido, debes considerar dispositivos multifuncionales, por ejemplo una linterna com cargador de teléfono. Algunos dispositivos pueden realizar hasta nueve o diez funciones, ahorrándonos muchísimo espacio.

1.2.1.2) Energía solar

Las pilas, además de ocupar espacio, tienen una vida útil bastante limitada. Así que deberías complementarlas con baterías recargables mediante cargadores solares.

Otra gran alternativa son los dispositivos que se cargan mediante manivela, no los descartes.

1.2.1.3) Comida y agua

La comida y el agua pueden no estar disponibles o estar contaminadas, así que deberás vivir, aunque sea temporalmente, de tus suministros de emergencia.

La mayoría de nosotros tenemos más de tres días de comida en casa pero no dejes que eso te dé una falsa sensación de seguridad. Primero porque pueden ser alimentos bastante pobres para una dieta en situación de emergencia. Y segundo porque puede que no dispongas realmente de ellos. Piensa que se pueden echar a perder o que, después de la crisis, ya no estés en tu casa.

Además:

  • Puede que no tengamos la depensa llena justo en el momento del evento
  • Los alimentos normalmente no están optimizados para emergencias:
    • Puede que necesiten refrigeración.
    • Pueden requerir otros ingredientes y recursos con los que prepararlos
    • Son pesados y/o voluminosos (especialmente los enlatados)
    • No están protegidos adecuadamente

Con respecto al agua, es sorprendente los pocos de nosotros que tenemos esto cubierto, incluso durante los primeros tres días.

1.2.2) Cómo prepararse

Una vez que conocemos los condicionantes explicados en el apartado anteior, preparar un suministro de alimentos y agua para tres días es fácil.

1.2.2.1) Comida

Portabilidad: insistimos en que cuando hablamos de un suministro de alimentos para tres días, debemos poder meterlo en una bolsa o mochila de fácil transporte. Hay gran cantidad de alimentos ricos en nutrientes que te mantendrán fuerte durante unos días y que ocupan muy poco espacio.

  • Las barritas energéticas contienen 350 calorías por cada 100 gramos.
  • Los MRE o alimentos preparados para comer, inicialmente pensados para los militares pero muy útiles para casos de emergencia. Una comida completa cabe en una bolsa.
  • Las bolsas pequeñas de alimentos liofilizados también son una excelente opción. Solo requieren agua para prepararse, aunque las comidas preenvasadas sabrán mucho mejor calentadas. Algunos también se pueden comer secos, directamente del paquete.

Vida útil: ten en cuenta que los alimentos se pueden estropear y que, lo último que querrás en una emergencia, es descubrir que están estropeados. Los alimentos mencionados arriba tienen todos una vida útil razonable. Considera comprar solo alimentos que duren al menos unos años en tu despensa y no te olvides de revisarlos de vez en cuando.

  • Barritas energéticas: 5 años de vida útil
  • MREs: vida útil de 3 a 5 años (dependiendo de cuál, a veces mucho más)
  • Alimentos liofilizados: vida útil de 25 a 30 años

Nutrición: la supervivencia a corto plazo depende de comidas ricas en calorías que te mantengan saciado y con energía (no son alimentos dietéticos) Durante los primeros tres días, consume alimentos que cumplan con los siguientes criterios:

  • Altos en calorías: la mayoría de nosotros estamos tratando de reducir las calorías de nuestra dieta, pero cuando se trata de alimentos de emergencia, debes añadir tantos como puedas. El adulto promedio requiere entre 1800 y 2200 calorías por día.
  • Alto contenido de macronutrientes: una manera fácil y útil de planificar el suministro de alimentos de emergencia es pensar en términos de macronutrientes (grandes nutrientes necesarios en grandes cantidades) y micronutrientes (vitaminas y minerales necesarios en cantidades más pequeñas). Durante los primeros tres días, presta mucha atención a los macronutrientes: carbohidratos, proteínas y grasas. Estos son vitales para la energía y la función de los órganos.
1.2.2.2) Agua

Si estás huyendo de un desastre natural y solo pudieras llevar una cosa, tiene que ser agua. Permanece solo un día sin agua y ya tendrás problemas. De hecho, es posible que se sorprenda de la cantidad de agua que necesita todos los días. Como referencia, cada persona necesita en torno a 5 litros de agua al día, la mitad para beber y la otra mitad para otros usos (higiene, preparar comida, etc.).

La buena noticia es que cubrir tres días de agua es relativamente simple. Asegúrate de tener:

  • Agua envasada: este agua se puede abrir y consumir al instante. Mucha gente confía en el agua embotellada, pero esta no es la mejor opción ya que las botellas de plástico se agrietan y se descomponen con el tiempo, contaminando el medio ambiente. Una mejor opción es el agua en latas: resisten mucho mejor en situaciones adversas y pueden durar hasta 30 años. Asegúrate de tener dos o más de éstas en cada mochila.
  • Filtro de agua: los filtros de agua son extraordinarios para emergencias. Los filtros de calidad pueden limpiar hasta el 99 % de los virus, bacterias y otros contaminantes. Su única debilidad real es que requieren una fuente de agua externa y, en los primeros tres días no siempre es fácil conseguirla.
  • Pastillas purificadoras de agua: complementan a los filtros, destruyendo también microbios, bacterias, virus y parásitos.
  • Utiliza otros métodos para purificar agua.

1.3) Fase 3. Fase de Impacto Continuado

El último punto de la guía de supervivencia tiene que ver con la continuidad. En esta fase nos vamos habituando a la nueva situación y empezamos a realizar las siguientes tareas:

  • Comunicación con nuestros seres queridos e interés por saber cómo están
  • Información: Indisponibilidad de las comunicaciones por teléfono, internet y la televisión
  • Problemas de salud: nos preocupamos de si dispondremos de los medicamentos y material médico necesario. Empieza la cuenta atrás para terminar con las existencias.

A estas alturas, el desastre ha pasado y hemos tenido uno o dos días para orientarnos y ponernose a salvo. Estamos siguiendo el plan de emergencia, tenemos alimentos, agua y el suministro de energía necesario.

Pero lamentablemente todavía hay muchos peligros por delante. De hecho, muchas veces las consecuencias inmediatas de un desastre son más peligrosas que el propio desastre. Como ejemplo, en los 10 huracanes más mortíferos desde el año 2000, las muertes indirectas (resultantes de condiciones inseguras o insalubres creadas por el desastre) superaron en número a las muertes directas en 7 de cada 10 casos.

En esta fase, las lesiones y las emergencias médicas son inevitables. Así que a continuación veremos algunos consejos para prepararnos.

Cómo prepararnos

1.3.1) Evita problemas de salud

Puede ser evidente, pero la mejor manera de mantenerse a salvo de los problemas de salud en una emergencia es evitarlos, en la medida de lo posible. Hay dos sencillos pasos que ayudarán a resolver la mitad de tus problemas médicos antes de que comiencen:

  • Conserva medicamentos de reserva o un botiquín: muchos de nosotros dependemos de los medicamentos diarios para mantenernos bien. Si ese es tu caso, disponer de suministros de reserva listos debería ser una prioridad a la hora de preparar la mochila de los 3 días.
  • Sigue las instrucciones de emergencia y evacúa cuando se te indique. Si te quedas en casa en casa estás poniendo en riesgo tu vida y, posiblemente, las vidas de los servicios de emergencia. En casi todas las circunstancias, alejarse del desastre es, con mucho, la mejor manera de evitar lesiones.
1.3.2) Prepara mapas con rutas a los hospitales

Comencemos con el hecho de que es probable que las líneas telefónicas y de Internet no funcionen y que las carreteras estén intransitables en los primeros tres días después de un desastre. Esto significa que llamar a una ambulancia no siempre es una opción válida.

Sin embargo, llegar a un hospital podría ser factible, dependiendo de las condiciones de la ruta desde tu casa y, en esta guía de supervivencia, queremos mostrarte las opciones que tienes. Lo mejor que puedes hacer es, con antelación, trazar las rutas al hospital más cercano e incluirlas en tu plan de emergencia.

  • Calles principales: identifica la ruta principal sobre las carreteras o calles principales.
  • Rutas de respaldo: diseña una o dos rutas de respaldo en caminos menos transitados (para el caso de que se cierren las calles más grandes).
  • Practica: conduce por estas rutas regularmente para conocerlas bien.

También deberías trazar rutas a algún hospital de respaldo para el caso de que el tuyo esté bloqueado.

Otra consideración a tener en cuenta es que los hospitales pueden no estar tampoco al 100%, tener poco personal o funcionar con energía de respaldo. Todos los hospitales tienen generadores, pero es posible que no sean suficientes para mantener todos los sistemas en funcionamiento.

Resumiendo podemos concluir que, a la hora de tomar decisiones en caso de un problema grave de salud y tener que buscar asistencia médica profesional, debes considerar que los servicios pueden no estar al 100% operativos.

1.3.3) Siéntate bien, la ayuda podría estar llegando

Si todo lo anterior falla, siempre está el recurso de intentar contactar con los servicios de emergencia y quedarse a esperar el rescate. Es una opción menos fiable (ya no dependes de tí mismo y desconocemos el plazo) pero en la mayoría de los casos acabarán llegando.

1.3.4) Obtén un título de primeros auxilios

Si no puedes llegar a un hospital y el rescate tampoco viene, hay una forma en que aún puedes salvar una vida: fórmate en primeros auxilios de emergencia.

Recomendamos los cursos de capacitación de la Cruz Roja, son excelentes. Ofrecen opciones de aprendizaje online y presenciales con cursos de primeros auxilios para las distintas necesidades:RCP, cursos para el entorno laboral o el entorno doméstico, para bebés, para personas mayores y niveles básico o avanzado.

1.3.5) Evalúa la situación y actúa según tu mejor criterio

Cuando se trata de atención médica después de emergencias, no se pueden establecer demasiadas reglas estrictas. Cada situación será diferente. Confía en tí mismo y utiliza tu mejor criterio en función de las lesiones y las condiciones locales.

2) Desafíos Emocionales

Durante una catástrofe no es habitual oir hablar sobre los problemas mentales que pueden surgir. Sin embargo es importante conocerlos, pues pueden tener un gran impacto en la seguridad y nos parece importante incluirlos en esta guía de supervivencia. Hablamos de las consecuencias de sufrir shocks, conmociones, ataques de pánico, confusión, incredulidad, etc. Todo ello, son estados que nos pueden conducir a deteriorar nuestra capacidad de análisis, nuestras decisiones y, por tanto, nuestra respuesta ante la crisis.

Cuando nuestras emociones salen al exterior, tendemos a tomar malas decisiones. El estrés aumenta el ritmo cardíaco y, si supera los 175 latidos por minuto, en realidad se vuelve físicamente difícil pensar con claridad y actuar con rapidez.

Otra barrera importante para una acción rápida y decisiva es la negación. La primera respuesta del cerebro al peligro extremo es decirse a sí mismo que las cosas no son tan malas como parecen. Este es un mecanismo de defensa biológico que te da tiempo para adaptarte a situaciones angustiosas y caóticas, pero puede ser desastroso cuando tienes una fracción de segundo para tomar una decisión en una emergencia.

No existe una fórmula mágica para deshacerse del estrés en las emergencias, especialmente el shock de los primeros días. De hecho, el miedo y el estrés son respuestas apropiadas a situaciones que amenazan la vida. Inundan nuestros cuerpos con energía para que podamos responder al peligro.

La mejor manera de controlar nuestras emociones es prepararnos con anticipación. Cuando hemos pensado en una situación, cuando la hemos estudiado y sabemos la mejor manera de manejarla, cuando tenemos planes y suministros para abordarla de frente, nos encontraremos en un estado emocional mucho más fuerte.

Hemos visto que hay muchas cosas a tener en cuenta para los primeors 3 días de un desastre. Por ello, a continuación te vamos a facilitar la tarea de ver si has tenido en cuenta todos los puntos clave. Accede desde aquí a la checklist de supervivencia para los 3 primeros días.